Porque después de todo has sabido manejar la situación a tu gusto, y, como sucede en todas las cosas, se esfumo. Tan solo basto una frase para herirme en donde más me duele, esa parte de mí que atrincheraba y la cual te permití conocer, admirar y pisotear, mi ego. Sí, porque al final no se trato de romper un corazón, menos aun de desilusionar. Fue mi orgullo quien sucumbió ante ti y eso me hace sentir débil, tonto, lisiado…
Cualquier otro reclamo esta de más.
Ruego a lo divino que nuestros caminos jamás se crucen, fue un gusto conocerte.
Cualquier otro reclamo esta de más.
Ruego a lo divino que nuestros caminos jamás se crucen, fue un gusto conocerte.
0 comentarios:
Publicar un comentario