Siempre nos hallamos en búsqueda de algo.
Algunos buscan poder, otros tantos el amor de sus vidas, infinidad de metas a cumplir. ¿Pero que sucede cuando una persona pierde interés en sus objetivos?
Simple, deja de vivir. Su vida se vuelve tan rutinaria que pasa por alto aquellos detalles que hacen de este un mundo menos nauseabundo, hay magia en cada rincón de este pedazo de universo. Los grillos estridulando por las noches, despertar con la luz del sol atravesando tus cortinas junto al canto de los pájaros (sin necesidad de alarma), pisar las hojas secas de la alameda como cuando eras niño, el aroma a tierra mojada cuando llueve (mojándose, por supuesto). Esta clase de cosas hacen que la pérdida momentánea de los objetivos no sea un estancamiento, sino un momento de autoconocimiento.
¿Cuándo fue la ultima vez que te tomaste tiempo para disfrutar de esos pequeños detalles, de dejar de escuchar a los demás, de ser tu mismo dueño(a) sin tener que estar a la expectativa de todos…cuando?
Algunos buscan poder, otros tantos el amor de sus vidas, infinidad de metas a cumplir. ¿Pero que sucede cuando una persona pierde interés en sus objetivos?
Simple, deja de vivir. Su vida se vuelve tan rutinaria que pasa por alto aquellos detalles que hacen de este un mundo menos nauseabundo, hay magia en cada rincón de este pedazo de universo. Los grillos estridulando por las noches, despertar con la luz del sol atravesando tus cortinas junto al canto de los pájaros (sin necesidad de alarma), pisar las hojas secas de la alameda como cuando eras niño, el aroma a tierra mojada cuando llueve (mojándose, por supuesto). Esta clase de cosas hacen que la pérdida momentánea de los objetivos no sea un estancamiento, sino un momento de autoconocimiento.
¿Cuándo fue la ultima vez que te tomaste tiempo para disfrutar de esos pequeños detalles, de dejar de escuchar a los demás, de ser tu mismo dueño(a) sin tener que estar a la expectativa de todos…cuando?
0 comentarios:
Publicar un comentario